El edificio que hoy alberga el Museo del Prado, Antiguo Real Gabinete, Academia y Museo de Historia Natural, fue construido entre los años 1785 y 1808 según proyecto del gran arquitecto Juan de Villanueva. La creación de los jardines se remonta al año 1860.
Unos años después, en 1871, entre la fachada sur y la Puerta de entrada al Real Jardín Botánico, obra del mismo arquitecto, fue creada la Plaza de Murillo. Una vez más, gracias a las pinturas y grabados, sabemos que antes allí hubo una fuente, probablemente diseñada por el propio Juan de Villanueva. Estaba formada por un sencillo cuerpo central del que partían dos pilones semicirculares sobre los que se vertía el agua.
Al parecer había surgido una polémica acerca de los árboles que impedían contemplar el Edificio de Villanueva desde el Paseo del Prado. Winthuysen conservó los antiguos y majestuosos cedros, que hoy día perviven, y dejó libre la puerta central, con la escultura dedicada a Velázquez mirando al paseo, obra de Aniceto Marinas, que había sido colocada en 1899.
Los terrenos quedaron ocupados por varios jardincitos, con parterres, macizos de flores, arbustos y árboles de distintas especies.
El jardín frente al Botánico mantiene su forma elíptica, con cuatro parterres organizados alrededor de la estatua del pintor Murillo, que fue instalada el mismo año de creación de la plaza. Se trata de una réplica de la escultura original que se encuentra en Sevilla, obra de Sabino de Medina (1861), realizada y ofrecida a Madrid por el propio autor.
Una espléndida Picea smithiana de más de veinte metros de altura y varios magnolios adornan este espacio hoy tan frecuentado como en el pasado.
Los Jardines del Museo del Prado están catalogados de Interés Histórico-Artístico, además forman parte del Paseo, antiguo Salón del Prado, declarado Bien de Interés Cultural en su conjunto.
por Mercedes Gómez
Sacado de Internet en: http://artedemadrid.wordpress.com/2011/10/09/jardines-del-museo-del-prado/
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